jueves, 21 de noviembre de 2013

UNA MUJER LUCHADORA: SIMONE WEIL.

1. Introducción:

Simone Weil fue una filósofa francesa nacida en el seno de una familia judía intelectual y laica. Estudió filosofía y literatura clásica y, a comienzo de los años 30, empezó a escribir algunos artículos en los cuales expresaba hacia dónde se dirigía Alemania. A los 25 años, abandona de manera provisional su carrera docente para huir de París y, durante los años siguientes, trabajó como obrera en Renault. En 1941, trabajó como obrera agrícola, momento en el cual pensaba que el trabajo manual debe considerarse como el centro de la cultura y sostiene que la separación creciente a los largo de la historia entre la actividad manual y la actividad intelectual ha sido la causa de la relación de dominio y poder  que ejercen los que manejan la palabra.

Posteriormente, Simone Weil fue sindicalista de la educación, donde se mostraba a favor de la unificación sindical y escribió, por ello, una revista.
Comenzó la Segunda Guerra Mundial y Simone Weil no se estaba dando cuenta de que su familia estaba en peligro de ser clasificada como no-aria. Hay que decir que Weil no tuvo nada de formación judía, pues podemos observar en sus escritos religiosas que son totalmente cristianos. Cuando ella tuvo que ser obligada a huir de París escribió para exponer una filosofía que proyecte la reconciliación entre la modernidad y la tradición cristiana, comando como núcleo el humanismo griego.

En su período final de su breve vida, pues vivió 34 años, encontró el mensaje evangélico de Jesus de Nazareth. Simone Weil es una cristiana que plantea preguntas complejas a los cristianos y que será rechazada por los teóricos de la Iglesia, pues la acusan de no haber comprendido bien la historia de la misma, de la Iglesia.

Esta dimensión de rechazo de la fuerza que asimila con la violencia, es una constante de su pensamiento. Enferma de tuberculosos se dejó morir, deseosa de compartir las condiciones de vida de la Francia ocupada por la Alemania nazi. Todas sus obras aparecieron después de su muerte editadas por sus amigos. Desde entonces, Simone Weil ha llamado mucho la atención por su ética de la autenticidad y la rara combinación de lucidez, honestidad intelectual y desnudez espiritual de su escritura.

2. Lo que más me llamó la atención:

Lo que más me llamó la atención de Simone Weil es que ésta tenía una gran compasión por los demás y sobre todo por aquellos que tenían hambre. Esto lo refleja S.Weil en la siguiente conversación que mantuvo con S. de Beauvoir: “Ella me hizo callar diciendo: “Bien se ve que tú nunca has pasado hambre”. Nuestras relaciones se detuvieron aquí. Comprendí que había sido catalogada como una pequeña burguesa espiritualista y me irrité, porque me creía ya liberada de mi clase y no quería ser más que yo misma. En el fondo sentía envidia de no poder conectar así con el sufrimiento de los demás”. S. de Beauvoir. Esto me llamó mucho la atención porque Simone Weil se preocupaba siempre por los demás pero, en concreto, por los que pasaban hambre. Fue, entonces, cuando Beauvoir le comentó que ella seguía siendo una pequeña burguesa espiritualista pero ella le contestó que ella ya no quería ser de esa clase, sino que quería ser ella misma, es decir, no ayudar a los demás por la clase a la que pertenecía sino ayudar a los demás porque ella misma quería.


Además, otro hecho que me despertó curiosidad es el siguiente: “En cuanto a mí, tuve el sentimiento de que, cuando las autoridades temporales y espirituales han puesto una categoría de seres humanos fuera de aquellos cuya vida tiene un precio, no hay nada más natural para el hombre que matar. Cuando se sabe que es posible matar sin arriesgarse a un castigo ni reprobación, se mata; o al menos se rodea de sonrisas alentadoras a aquellos que matan”. S. Weil. Esto que he citado lo entendí de la siguiente manera. Cuando los seres humanos sabemos que si hacemos algo mal no nos van a castigar, tenemos tendencia a hacerlo, pues ya que hacemos algo mal, que se supone que no lo hacemos nunca porque nos van a sancionar o castigar, lo hacemos cuando sabemos que no nos van a castigar por eso que hemos hecho.

Por último, quiero señalar que Simone Weil era una mujer que “daba la vida” por las personas, es decir, ayudaba a todas las personas que lo necesitaban. En este aspecto, me identifico con ella porque yo también estoy siempre dispuesta a ayudar a los demás, de hecho soy voluntaria de varias asociaciones y estoy encantada de ello, además de la carrera que estoy realizando, Pedagogía, que está centrada en ayudar a las personas que tienen dificultades.

Lo que puedo aplicar en mi vida:

Lo que puedo aplicar en mi vida de lo que se expuso de Simone Weil es la disposición que tiene a ayudar a los demás sin que la clase social a la que perteneces te obligue o te indique qué tienes que hacer. Es decir, Simone Weil, como ya he indicado en el apartado anterior, era una persona que estaba dispuesta a ayudar a los demás pero, en concreto, a los que pasaban hambre, pero esto lo hacía porque ella era así, porque esa era su persona, es decir, que no ayudaba a los demás porque la clase social a la que pertenecía le indicaba que lo que tenía que hacer era eso.

Lo que podemos concluir de la vida de Simone Weil es lo que se dijo en clase, la cuestión de si dice la verdad o no en su teoría. Pero esta teoría se solucionaría haciendo los ejercicios de los Cahiers, es decir, practicar esa filosofía y transformar el ser cambiando todo el alma.



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