lunes, 11 de febrero de 2013

MI PASADO EN EL/ LOS COLEGIO/S


    Haciendo referencia a mi pasado en los dos colegios por los que he pasado, cabe decir que, en el primero, un colegio concertado situado en Pamplona, en el cual estuve desde 1º de Educación Infantil hasta 1º de ESO, no me ha sorprendido ningún/a profesor/a para bien, sino al contrario, para mal. Digo esto porque, en dicho colegio, el trato que tenían los profesores hacía los alumnos no era para nada el adecuado, así como no comprender las necesidades que tenía cada alumno. En mi opinión, algunas de las personas que ejercían como profesores en este colegio, no tenían vocación ninguna, razón por la cual no me ha sorprendido ninguno.


          
    Pero, al contrario, en el segundo colegio, también concertado y en el que estuve desde 2º de ESO hasta 2º de Bachillerato, sí que me sorprendió algún/a profesor/a, pues además de impartir su asignatura de una manera fácil de aprender para los alumnos, utilizar diferentes metodologías de enseñanza, etc, el trato con los alumnos era muy correcto, pues cada docentes tenía muy en cuenta las necesidades que presentaba cada alumno, con el fin de poder ayudar a cada uno de ellos. 

    Si soy sincera, sí echo en falta a varios profesores/as del segundo colegio en el que he estado, ya que, y hablo desde mi punto de vista y desde mis experiencias vividas en dicho colegio, he recibido un trato correcto y adecuado, y siempre que he necesitado ayuda la he recibido por parte de estos. 

    En mi opinión, así como he dicho en el segundo párrafo que, los profesores de mi primer colegio no tenían vocación ninguna, tengo que decir que, en este segundo colegio en el que he estado, los profesores sí tenían vocación, ya no sólo me refiero al trato que daban a los alumnos sino, además, hacían de las clases algo ameno, motivador e interesante para facilitar a los alumnos el proceso de adquisición de conocimientos, habilidades, competencias, es decir, para facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje.



3 comentarios:

  1. Me gusta mucho este articulo, porque en él se toca el tema de la vocación del profesorado. Respecto a esto creo, que es un elemento imprescindible e insustituible que todo maestro de tener.
    Una de las cosas que diferencian los resultados del alumno tienen como base la vocación del maestro.
    Un maestro con vocación, incentiva la motivación y ademas pone un interés mayor en el éxito de sus alumnos tanto en el terreno personal como profesional.
    Yo creo que es una de las cosas que se deberían tener muy en cuenta a la hora de contratar al profesorado de un centro educativo.

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  2. En esta entrada se muestra las 2 caras de la educación.
    La "cara B" que son los profesores no digo sin vocación si no con pocas ganas de enseñar y de empapar al alumno con su sabiduría y lo más importante, educar, que es su función. Pienso que tan importante es saber dar una clase como tratar biien al alumno puesto que si no tienes mucho trato con el profesor, no vas a tener tanto interes por esa asignatura(y hablo desde la experiencia).
    La "cara A" que es la del segundo colegio, muestra como un profesor sí puede ser amigo de sus alumnos, quiero decir que esa relación no se limite a profesor-alumno sino a algo más. De esta manera para el profesor educar es más facil y el alumno se educa más "agusto".

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    1. Yo lo denomino "la ruleta rusa del profesor". Es cierto que en nuestro viajar por las aulas, tanto como estudiantes, padres/madres, o docentes nos hemos encontrado con algún que otro incompetente que nos ha hecho pasar un auténtico calvario.
      Siempre e intentado excusarles con argumentos que no tenían nada que ver con sus actitudes para enseñar, quiero decir, que justificaba sus actuaciones porque en este país el sistema educativo deja mucho que desear y quita las ilusiones y las ganas de enseñar a cualquiera. Esto último es totalmente cierto pero no debe ensombrecer la esencia de la enseñanza, motivarles para que quieran seguir aprendiendo, mostrarles el maravilloso mundo del saber para que se sientan satisfechos, acompañarles en el camino del aprendizaje para que no se sientan solos, potenciar sus conocimientos y ayudarles a adquirir aquellos de los que carecen para reforzar su autoestima, aprender de ellos y con ellos para sentirnos comprendidos y escuchados. ¿Puede existir algo más gratificante para un maestro vocacional que poder participar en todo este proceso con sus alumnos/as?

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